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La queja de las empresas alemanas en la Argentina

Sus directores aseguran que las trabas a las importaciones y la falta de financiamiento frenan el crecimiento de la inversión. 

Artículo original publicado por Martín Kanenguiser en Infobae

Las empresas alemanas advirtieron que las trabas a las importaciones y la falta de financiamiento son los riesgos más importantes que afrontan en la Argentina.

En un seminario virtual organizado por la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana (AHK), hablaron Javier Pastorino (Managing Director Siemens Energy para Argentina, Chile y Uruguay); Gastón Díaz Pérez, (vicepresidente senior de Robert Bosch América Latina y presidente Bosch Argentina) y Christophe Dumont (presidente & CEO de Bayer Región Cono Sur).

En el encuentro “2021: Un año con grandes desafíos y oportunidades”, brindaron su diagnóstico y, con algo de esfuerzo, hablaron sobre las oportunidades que brinda el país en el medio de la pandemia.

Pastorino, titular de la AHK en Argentina, dijo que “desde nuestro negocio estamos viendo dos riesgos; el primero por estar en Sudamérica es, por la baja cantidad de vacunación, que se atrasen los proyectos que ya estaban postergados en el área de energía. Y acá el riesgo que me preocupa es el riesgo país; restablecer la confianza de los inversores es un tema pendiente y es el factor que más nos preocupa”, expresó el ejecutivo de Siemens. Respecto de la pandemia, “la buena noticia es el avance de la digitalización, porque pudimos trasladar parte de la cadena de valor a la filial local”.

[caption id="attachment_546" align="alignnone" width="1024"] Gastón Díaz Pérez de Bosch[/caption]

En tanto, Díaz Pérez de Bosch expresó: “Estoy viendo una situación compleja. Es difícil pensar que no haya una segunda ola generalizada en América latina, algo que va más allá del comportamiento de la gente, ya que se debe al cambio de la cepa. De hecho, en Brasil durante el verano el pico fue menor que el actual. Con una segunda ola, la pandemia entonces durará 2 años y 2021 vuelve a ser un escenario de pandemia”.

“Este año la economía empieza a recuperarse a diferencia del 2020, pero seguimos en pandemia y con la gente más fatigada por el nivel de incertidumbre es muy alta”, aclaró.

Enseguida aclaró que “el mensaje positivo es que, pese a esto, será el último año, porque está probado que con vacunación masiva los casos caen”.

Por su parte, Christophe Dumont de Bayer dijo que “el objetivo de ampliar la atención médica se va a complicar por la falta de financiamiento para el sector y esto se va a agravar por el presupuesto acotado que hay. También, hay mucha presión sobre las empresas por las deudas que tienen”. Del lado positivo, “hemos visto un aumento de la digitalización con recetas electrónicas y telemedicina”. En el negocio del agro, lo que “más impacta es el precio de las materias primas, la tasa de cambio y la financiación”.

“Con el clima, la campaña empezó con temor por La Niña, pero ahora las perspectivas son mejores que en enero. También, el precio de las materias primas es el mejor desde 2012, lo que es un alivio muy grande para todos los argentinos porque si el campo va bien, al país va bien”, enfatizó.

Sin embargo, advirtió que “el temor que tenemos es a una devaluación más fuerte a fin de año, después de las elecciones, porque eso lleva a los productores a financiarse más en pesos a largo plazo y solo a corto plazo en dólares”. A esta incertidumbre, sumó “la gestión de las licencias no automáticas, las SIMI y el nuevo sistema integral de controles de precios. La burocracia es un factor muy negativo”, sentenció. En este sentido, subrayó que en el contexto de la pandemia, “necesitamos ayuda de todos los gobiernos del mundo”.

En cuanto a las eventuales oportunidades en el país, Pastorino sostuvo que en el caso de Siemens “el ciclo de energía siempre se observa en el mediano plazo y en ese plano soy muy optimista por las oportunidades que hay con todas las fuentes de energía. En particular, en el caso de Oil & gas, está clarísima la oportunidad en Vaca Muerta”.

El otro campo, precisó, es que el hidrógeno verde. “Chile ya está encarando proyectos piloto de hidrógeno verde y en 5 a 10 años planea exportar 30.000 millones de dólares, una cifra similar en algunos casos a la minería; pero nosotros tenemos un potencial de 4 o 5 veces más que ellos. Un país con todas las fuentes de energía, solo debe captar el interés de los inversores”. Díaz Pérez admitió que “son tiempos difíciles para ser optimista, sobre todo en Argentina por la inflación y las trabas a las importaciones”.

De inmediato, consideró que “hay una gran oportunidad en la brutal digitalización, así que todo lo que esté vinculado a la industria del conocimiento es positivo, sobre todo porque se puede jugar en los mercados globales con mayor facilidad. Ahí dependemos de vender nuestro talento y encontrar las condiciones para hacerlo, porque somos muy competitivos”.

En tanto, el ejecutivo de Bayer consideró “muy importante mantener la cercanía aunque cuidemos la salud”. Por su parte, Bárbara Konner, Vicepresidente Ejecutivo de la AHK Argentina, dijo que “cada crisis puede traer también muchas oportunidades, solo hay que saber aprovecharlas”.

El panorama político y económico

En la misma sesión virtual, Lucas Romero de Synopsis y Lorenzo Sigaut Gravina de Ecolatina brindaron sus respectivos diagnósticos sobre la situación del país en 2021. Romero sostuvo que “había dos acuerdos que el gobierno no cumplió: Alberto Fernández dijo que gobernaría él, no el kirchnerismo, no se cumplió”.

“Eso se refleja en la caída de su imagen del 60% positiva al principio de la pandemia hasta el 29,1%. Esto se debe a que crece el desempleo, la pobreza. Hay un mandato económico incumplido. Este es un gobierno que perdió popularidad y apoyo social. Esto se traduce en un deterioro de los niveles de apoyo electoral; la gente que votaría al gobierno pasó del 38% al 30%. Para buscar las razones, la imagen negativa de Cristina Kirchner entre los votantes del FdT es del 84 por ciento”.

“El gobierno perdió ese borde moderado del electorado que estaba enojado con Macri en 2019”, aclaró. A su vez, “el contrato político entre Alberto Fernández y Cristina también está incumplido; aunque no sabemos la letra chica de ese acuerdo, claramente genera tensiones dentro del Gobierno. Al punto que pareciera ser que el presidente está plebiscitando más la gestión de Cristina que la suya”. Para las elecciones indicó que “si el gobierno enfrenta una derrota, deberá pensar en un cambio de rumbo, que le dé más protagonismo a los gobernadores y a los sectores no kirchneristas. Si gana, posiblemente Cristina profundice esta línea actual de influencia general y en particular sobre la política económica”.

En tanto, Sigaut Gravina consideró que “lo que necesita el gobierno para recuperarse de la pandemia es un crecimiento del empleo y del salario real”.

“El precio de la soja parece ser peronista, porque es un factor exógeno que permite mejorar las perspectivas por la suba de precios”, indicó y anticipó que habrá más recursos por el giro de recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

“El tercer factor es que, sobre todo en términos relativos, la Argentina está en una situación de bajos contagios del Covid en relación al resto de la región. En este contexto puede lanzarse a una política más agresiva en materia económica al haber logrado una calma cambiaria, aunque de los pilares del plan Guzmán cada vez queda menos, por ejemplo, porque las tarifas no subirán lo que pretendía el ministro para este año”, explicó. Además, “el gobierno está iniciando un atraso cambiario típico de los años electorales, con una devaluación menor al 2% mensual”.

“En cuanto al acuerdo con el FMI, que se esperaba para el primer trimestre, parece no tener chance de lograrlo antes de las elecciones. El gobierno hizo las cuentas y concluyó que puede llegar sin un acuerdo, haciendo algunos pagos en cash y refinanciando con los DEGs”, dijo el economista. De todos modos, advirtió que “del lado de la inflación, la aceleración de precios jaquea la base electoral del gobierno”.

“Seguir abusando de los controles solo traerá más perjuicios que beneficios y ya está viendo con cierto desabastecimiento”, acotó.

“Nuestro escenario de inflación es del 42%, pero si el gobierno no hiciera nada en términos de las tarifas y el dólar, la inflación sería del 52%. Por el contrario, si el dólar oficial se plancha desde abril y las tarifas no aumentan en todo el año, el Gobierno podría bajarla al 32%, pero comprando un montón de problemas hacia el futuro”, aclaró, una estrategia que ya se probó en el pasado, con escaso éxito.

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