La inflación ha registrado un aumento en varios países de la región que comienzan a registrar una normalización de su economía. Sin embargo, en el caso de la Argentina, hubo un salto de garrocha, que poco tiene que ver con las condiciones exógenas que el equipo económico suele utilizar para explicar esta anormalidad.
Así se puede observar en la inflación acumulada entre enero y junio de este año, donde la Argentina volvió a registrar el aumento más importante en la inflación regional, solo superada, como es habitual, por la hiperinflación venezolana.
Desde principios de año hasta ahora, la Argentina experimentó un salto del 29,1% en los precios, que llegó al 50% en los últimos 12 meses. El liderazgo regional sigue en manos de la Venezuela de Nicolás Maduro, que llegó al 19% el mes pasado, al 455% en siete meses y a 1984% en el último año.
Lejos, muy lejos, de Argentina, se ubicó Uruguay, con una suba de precios del 5,3% desde enero último y del 7,3% en el último año. Luego siguió Brasil con el 4,7% en 2021 y 8,9% desde julio de 2020, por el 0,5% registrado el mes pasado.
Un escalón más abajo quedó ubicado México con el 4%, a raíz del 0,5% de julio, mientras que en el último año ascendió al 5,8 por ciento. Atrás quedó Colombia con el 3,5% (0,3% en julio) desde enero y 3,9% en el último año.
Un peldaño después está Chile con el 2,8% en los últimos siete meses (0,8% en julio) y 4,5% en el último año. Apenas por debajo sigue Paraguay, con el 2,7% desde enero (1,2% en julio) y 5,2% en los últimos 12 meses.
Dos países acumularon el 1,2% de suba de los precios al consumidor desde enero: Perú, con 0,5% en julio y 3,9% en un año; y Ecuador con el 0,5% tanto el mes pasado como a nivel interanual.
Luego, Costa Rica registró 0,6% desde enero, -0,2% el mes pasado y 1,4% en un año; finalmente, Bolivia tuvo 0,4% desde el inicio de este año, 0,1% el mes pasado y 0,2% en el último año.
El resultado no resulta más alentador si se observan las proyecciones de los analistas para 2021 y 2022: para la Argentina se prevé 48,9% para este año y 42,3% para el próximo, frente al 9% y 6,9% que se estima a nivel regional.
Para el conjunto del Mercosur, según el último informe de Latinfocus, se prevé 15,1% este año y 11,4% el próximo. Sin embargo, en Brasil se prevé que sea del 6,6% y el 3,9%, respectivamente; en Uruguay del 7,2% y 6,7%; y en Paraguay, del 3,3% en ambos años. Venezuela lidera el ranking con 1.549% y 746 por ciento.
En la región Andina, Bolivia presentaría una suba de precios del 2,2% este año y 3% el próximo; Ecuador del 0,7% y 0,9%; Colombia, 3,6% y 3,2%; y Perú, del 3,2% y 2,7 por ciento. En tanto, Chile terminaría con 3,7% y 3,1% y México con 5,6% y 3,7 por ciento, respectivamente.
Frente a este panorama, los bancos centrales de la región han decidido restringir la política monetaria, con respuestas más o menos agresivas en materia de suba de las tasas de interés, una herramienta que el Banco Central de la Argentina parece no tomar en cuenta como una de las herramientas para frenar la suba de los precios.
Los motivos del desacople
La economista Florencia Fares de la UNSAM indicó al respecto que la diferencia entre el país y el resto de la región, “tiene que ver con el contexto histórico que vivimos en Argentina, que tiene como protagonista un proceso inflacionario, ya arraigado en el comportamiento de los agentes económicos”.
“Argentina tiene con niveles de inflación elevados hace tiempo, y los agentes aprenden y desarrollan mecanismos de defensa frente a este fenómeno. Acá la inercia inflacionaria es muy alta, lo cual, cualquier shock que le pega a la economía (por ejemplo, incrementos de precios de los alimentos a nivel internacional) muestran una mayor persistencia en la inflación doméstica que en otros lados”.
“También es verdad que el traslado de las variaciones del tipo de cambio es más fuerte en Argentina que en los vecinos (el pass through), siendo también algo estructural. Aunque en algunos mercados no es tan obvio el mecanismo por el cual el valor del dólar puede afectar los costos y precios, uno podría decir que, a esta altura, el dólar es un precio de referencia que coordina al resto de los precios de la economía. Por ende, cualquier modificación de este precio afecta al resto de los precios domésticos”, concluyó.
En tanto, el economista Jorge Neyro expresó que “los precios suben más en Argentina porque venimos de una trayectoria inflacionaria alta desde hace tiempo; en 2019 hubo 53,8% y solo una cuarentena tan dura como la de 2020 la pudo bajar, pero luego de la cuarentena te quedaron muchos precios desfasados (naftas, servicios públicos, entre otros). “Algunos se acomodaron en el primer semestre de 2021, especialmente naftas, peajes, prepagas, transporte público (taxis, subtes); o sea lentamente nos acercamos de nuevo al ritmo anterior de inflación”, aclaró.
“La emisión que hubo que hacer impactó en la brecha cambiaria y eso gatilló la suba de bienes que se volvieron baratos como autos, productos importados o materiales de construcción, baratos en moneda dura”, aclaró. Además, “hubo algunos shocks de oferta en mercados como la carne, que también impactaron en el precio local”.
Su par Gabriel Zelpo indicó que la brecha en la suba de precios entre la Argentina y el resto se debe a que “básicamente en otros países se respeta la independencia del banco central y acá no”.
“Independencia no quiere decir que actúe completamente aislado de lo que le pase al resultado fiscal o a país. Pero sí tener herramientas y un marco de acción para cumplir el objetivo que sí sabemos que puede cumplir un banco central, estabilidad de precios”, afirmó.
“En algunos casos se le dan muchos más objetivos (en Argentina es así) la experiencia marca que los bancos centrales no son buenos para cumplir otros objetivos más allá de la estabilidad de precios y financiera; inclusive muchas veces se divide en superintendencias la supervisión financiera”, remató Zelpo.
En cuanto a la respuesta que dieron los bancos centrales en la región frente a la suba de precios, Neyro explicó que “últimamente algunos subieron fuerte las tasas: Brasil a 5,25%, México 25 puntos básicos a 4.25% y en Colombia la dejaron estable a 1.75%, en un nivel bastante más bajo, en parte porque la inflación recién está repuntando en ese país”. En tanto, “el Consejo del Banco Central de Chile ajustó al alza la Tasa de Política Monetaria, que estaba en el mínimo técnico de 0,5% desde marzo del año pasado, cuando irrumpió la pandemia en el país sudamericano, hasta el 0,75 por ciento.
Para Zelpo, el signo de los tiempos entre los bancos centrales, salvo la Argentina, es una “política monetaria más contractiva”. Los resultados de esta divergencia de estrategias están a la vista.
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