Artículo original publicado por Martín Kanenguiser en Infobae el 29 de noviembre de 2021.
El Gobierno pagará deuda con nueva deuda. En este sentido, Arabia Saudita le ofreció a la Argentina un crédito por USD 6.500 millones a tres años, que podría servir como fuente para fortalecer las reservas internacionales, defender al dólar y pagar parte de los fuertes vencimientos de deuda soberanos.
Calificadas fuentes oficiales indicaron a Infobae que la semana pasada, durante su visita a Buenos Aires, el canciller de ese país, el Príncipe Faisal, dialogó de la cuestión con varios funcionarios del Gobierno. Rusia ofrecería una suma similar.
Estas conversaciones reflejan el interés del Gobierno por recuperar líneas de financiamiento mientras negocia un nuevo acuerdo para refinanciar la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por USD 44.000 millones. Fuentes oficiales confían en que antes de fin de año podrán llegar a un acuerdo técnico con el staff del organismo que conduce Kristalina Georgieva -aunque luego restará un arduo debate en el directorio-, pero en Washington hay más cautela sobre los tiempos de la negociación. “Continúan las discusiones sobre todos los aspectos del programa y no hay un calendario preciso”, indicaron.
La semana próxima el ministro de Economía, Martín Guzmán, presentaría al Congreso el proyecto “plurianual” con los lineamientos de este preacuerdo, que, pese a la última carta de la vicepresidente Cristina Kirchner, por ahora no logró calmar a los mercados.
En particular, en un encuentro con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, el canciller árabe le ofreció la posibilidad de realizar un “Repo” al Banco Central contra bonos soberanos.
Este instrumento ya fue utilizado durante la gestión de Federico Sturzenegger en 2016 en el gobierno de Mauricio Macri.
Las operaciones de pase o repo consisten en una línea de financiamiento bancario, por el cual una parte les compra a los otros títulos al contado y, en forma simultánea, arreglan la operación inversa con un plazo y un interés determinado. El spread entre el precio de compra al contado del título y el precio de venta a término (futuro) da como resultado la tasa de interés de la operación.
Tanto el fondo soberano de Arabia Saudita como el de Rusia están realizando una campaña proactiva para conseguir clientes en América latina; en particular, directivos de ambas entidades llegarían a la Argentina la semana próxima, según las fuentes oficiales.
La visita será protocolar y “para realizar una propuesta”, que consistiría en dos tramos de USD 6.500 millones, a tres años.
Un tema relevante es la tasa de interés, ya que a los funcionarios que escucharon la propuesta les pareció “muy alta”, en sintonía con el riesgo país de la Argentina, cercano a los 1.900 puntos básicos.
En particular, Massa le preguntó al canciller árabe si esta propuesta financiera contaba con el respaldo pleno de su gobierno y si la relación con el fondo soberano ruso era fluida.
El PIF es el fondo de inversión y ahorro del estado de Arabia Saudita, con una importante fortuna que deriva del petróleo, pero que se ha diversificado, desde la compra de bonos soberanos hasta clubes de fútbol europeos. En tanto, el Fondo Nacional de Inversión Ruso, creado en 2011 para financiar el pago de las jubilaciones en ese país, es gestionado por el Ministerio de Finanzas y el banco central en Moscú.
Según la información oficial, este fondo “ha establecido acuerdos estratégicos de colaboración con destacados coinversores internacionales de 18 países, por un valor de más de 40 mil millones de dólares”.
La operación en el gobierno de Macri
En enero de 2016, el Central tomó USD 5000 millones de un repo con siete bancos internacionales, que canceló a fin de ese año tras la salida del default y el consiguiente aumento del precio de los bonos soberanos argentinos, que le permitieron mejorar la situación de las reservas internacionales, hasta la crisis financiera del 2018 que derivó en el pedido del préstamo al FMI. En aquel entonces, los bancos HSBC, JP Morgan y Santander aportarán US$ 1000 millones cada uno, mientras que el Deutsche, BBVA, Citi y UBS sumaron USD 500 millones cada uno.
La tasa acordada equivalía a cerca del 6,76% y el plazo de esta línea REPO era hasta diciembre de ese año. El rendimiento era similar al que pagaba en aquel entonces por el Bonar 17 (6,77%) y menor al 8% ofrecido por el Bonar 2020.
Ahora, con el mercado voluntario cerrado -y los bonos del canje del 2020 en su valor más bajo desde el cierre de la operación- el Gobierno apuesta a no tener que pagarle al FMI en 2022 si tiene un nuevo acuerdo y a endeudarse con otros países y bancos multilaterales.
En este sentido, el presupuesto 2022 prevé un financiamiento neto de USD 12.000 millones del Banco Mundial (que tiene una cartera activa por USD 7380 millones), el BID (que aprobó créditos para el país hasta 2023 por USD 11.296 millones) y la CAF (que ya le prestó al país unos USD 3.400 millones).
Esta estrategia demuestra que en materia financiera, pese a la inflamada retórica oficial, no existe la grieta.
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