Artículo original publicado por Martín Kanenguiser en Infobae, el 25 de marzo de 2022.
La Argentina es “un país inmanejable e ingobernable” cuya única salida para evitar una hiperinflación o una inflación crónica alta es la dolarización y la eliminación del Banco Central.
Así lo expresó en una entrevista teléfonica con Infobae el economista Steve Hanke, profesor de la Universidad Johns Hopkins y asesor de Carlos Menem en la Argentina y de otros gobiernos latinoamericanos que impulsaron la dolarización de sus economías. “La Argentina es un desastre y su única opción es dolarizar”, expresó.
-¿Es posible pensar en un escenario de hiperinflación en la Argentina o es demasiado lejano?
-En la Argentina, si se observa su historia, todo es posible. Salvo la década del 90, el peso ha significado alta inflación. Pero la hiperinflación no es tan común: solo hubo 62 episodios en el mundo en toda la historia. Para tener hiperinflación hay que tener inflación del 50 por ciento mensual, no anual. Es posible, pero todavía falta mucho. En 1989 llegó a tres dígitos en mayo y luego vino la convertibilidad en 1991.
En la Argentina, si se observa su historia, todo es posible. Salvo la década del 90, el peso ha significado alta inflación. Pero la hiperinflación no es tan común.
-El mundo también es diferente al de los ‘70 y ‘80…
-Es verdad, ningún país tiene hiperinflación, el último fue Líbano en 2021. Y los niveles más altos son los de Venezuela, Turquía, Líbano, Zimbabue, Sudan, Rusia y Argentina.
-¿Cómo pudo dejar atrás Venezuela su hiperinflación?
-Porque se convirtió en una economía dolarizada de facto, aunque hay muchos bolívares dando vueltas por ahí. Pero el 80% de las transacciones se hacen en dólares.
-¿Todavía cree que la dolarización es la única salida para la Argentina?
-Sí, porque el problema es el Banco Central. Hubo 10 años de baja inflación pero luego la convertibilidad tuvo algunos agujeros, aunque estabilizó la economía por muchos años.
-Si uno observa los casos recientes de América latina que dolarizaron, son economías pequeñas…
-California utiliza dólares y es más grande que muchos países de la región. Durante el apogeo del patrón del oro la mayoría de las economías usaba esa reserva de valor como divisa.
-Pero la Argentina…
-La Argentina es incomparable, es imposible, es un desastre.
La Argentina es incomparable, es imposible, es un desastre.
-Cuando se exploró en el segundo gobierno de Menem esta opción varios funcionarios quisieron tener un acuerdo con la Reserva Federal en torno del señoreaje, para que el país recibiera alguna compensación por las reservas.
-No hace falta ese acuerdo; Panamá, El Salvador y Ecuador no lo tienen. Los beneficios son tan grandes que no se necesita el señoreaje. Además, toda la región está dolarizada de facto, aunque solo tres países lo hayan hecho legalmente. La razón por la que no se generalizó no es por la gente, que quiere dólares, sino porque los políticos no quieren un corsé estricto porque no podrían seguir gastando dinero.
-La otra razón por la que muchos economistas se oponen a dolarizar es porque con un tipo de cambio flexible es más fácil absorber el impacto de los shocks externos.
-Ese es un argumento típico de la academia y es estúpido. La Argentina ha tenido demasiados shocks con tipo de cambio flexible; es algo para decir en una clase en la academia, pero no en la economía real, donde los shocks se pueden absorber mejor con el dólar como moneda. De hecho en 1995 hubo una crisis grande en la Argentina porque la credibilidad del gobierno no era tan alta. Y por eso Menem empezó a pensar en la dolarización después del efecto Tequila de México.
-¿Qué podría hacer saltar la inflación de su actual nivel del 50 por ciento a tres dígitos?
-Un mayor financiamiento monetario del déficit fiscal si éste crece sin freno.
-El Gobierno se comprometió a reducir este financiamiento con el FMI.
-Macri también acordó reducir el déficit, pero sabemos qué pasó. El récord de cumplimiento de las promesas de Argentina es cercano a cero.
Macri también acordó reducir el déficit, pero sabemos qué pasó. El récord de cumplimiento de las promesas de Argentina es cercano a cero.
-¿Qué opina en general del acuerdo con el FMI?
-No vale la pena ni analizarlo. El problema en la Argentina son los políticos.
-Hace más de 20 años Rudi Dornbusch proponía, con el mismo argumento, que el país debía ser manejado por expertos internacionales y no por su propio gobierno...
-La idea de Rudi es interesante desde lo teórico, pero creo que Argentina es inmanejable y por eso debe dolarizar; la clave es un límite muy fuerte al gasto.
El complejo panorama global
-A la inflación local se agregó ahora el impacto de la suba de las materias primas por la invasión rusa.
-No, este es un problema local. China y Japón no tienen más inflación por la guerra; Suiza tampoco. En todo caso la suba en el precio de las materias primas afecta algunos precios de la canasta, pero la inflación se basa en la emisión monetaria, no en otro factor.
-¿Cómo observa ante este crecimiento de la inflación la respuesta de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo?
-Repito: el problema es del crecimiento de la oferta monetaria y la respuesta no ha sido la adecuada.
-¿No hay puntos de contacto con la inflación generalizada de los 70 luego de la crisis del petróleo?
-No. En los 70 hubo dos crisis petroleras: una en 1973 y la otra en 1979. En la primera hubo inflación en Japón y en la segunda no. Reitero: la inflación es un problema de la oferta de dinero.
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