Artículo publicado por Martín Kanenguiser para Infobae (2 de Noviembre de 2022).
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que las perspectivas de la Argentina se agravaron por sus debilidades domésticas y un contexto más desafiante, por lo que pidió reforzar las medidas de ajuste para estabilizar la economía y contener la inflación.
Un informe del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI que conduce Ilan Goldfajn sostuvo que “en Argentina, las vulnerabilidades internas y la incertidumbre en torno a las políticas, sumadas a un empeoramiento del entorno externo, están agravando las perspectivas”.
En este sentido, el documento “Las Américas: Navegando condiciones financieras más restrictivas”, afirmó que “la adopción de políticas más restrictivas en el marco del programa respaldado por el FMI será fundamental para apuntalar la estabilidad y contener la inflación, que ahora se proyecta que ascenderá a 95 por ciento a finales de 2022″.
Además, el FMI ratificó que “se proyecta que el crecimiento del PIB real se modere a 4 por ciento este año, pero los riesgos a la baja predominan sobre estas perspectivas”; para 2023 estimó un 2% y una inflación del 60 por ciento, en base a las proyecciones del Gobierno. También proyectó un déficit fiscal primario del 1,9% del PBI para este año y del 1,4% para 2023 y un porcentaje de deuda-PBI del 75,9% y del 75%, respectivamente.
En el informe se destacó que “la evolución económica reciente en las Américas —Estados Unidos, Canadá, y América Latina y el Caribe (ALC) — ha estado dominada por el impacto de dos shocks mundiales distintos: la pandemia de COVID‑19 y luego la invasión de Rusia a Ucrania. Un tercer shock —el endurecimiento de las condiciones financieras— está ahora incidiendo en las perspectivas”.
“Las presiones inflacionarias se acumularon debido a perturbaciones relacionadas con la pandemia, la adopción de políticas expansivas, el repunte de la demanda y el efecto que la guerra en Ucrania ha tenido sobre los precios de la energía y los alimentos”, indicó el staff del organismo que lidera Kristalina Georgieva.
“La rápida respuesta de las autoridades monetarias de América latina frente al aumento de la inflación —mucho antes que en otras economías— ayudó a contener las presiones en los precios y a mantener ancladas las expectativas inflacionarias a largo plazo, pero la inflación sigue siendo elevada”, advirtió. La Argentina mantiene la segunda tasa más alta de inflación de la región luego de Venezuela.
“En medio del endurecimiento monetario y financiero mundial, y la consiguiente ralentización del crecimiento mundial y la moderación de los precios de las materias primas, se prevé que la actividad se desacelere en toda la región de las Américas a finales de 2022 y en 2023, al tiempo que se espera que las presiones inflacionarias cedan gradualmente”, aclaró.
Al respecto, detalló que “los riesgos a la baja predominan en las perspectivas, y se vinculan con las condiciones financieras más restrictivas, una desaceleración mundial más pronunciada y el arraigamiento de la inflación”. En este contexto, “una drástica caída de los precios de las materias primas y el malestar social son riesgos importantes. Dado que la inflación aún no cede, y que la mayoría de las economías siguen operando a su nivel potencial o cerca de este, debe evitarse un relajamiento prematuro de la política monetaria, la cual debe mantener su curso”.
“El ímpetu de crecimiento continúa en América Latina y el Caribe y se prevé que la región crezca 3,5 por ciento en 2022. Pero en vista del endurecimiento de las condiciones financieras mundiales, se proyecta que el crecimiento se desacelere a 1,7 por ciento en 2023″, sostuvo el Fondo en el informe presentado en Santiago de Chile por Nigel Chalk, Director en funciones del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI; Gustavo Adler, Jefe de División de Estudios Regionales; y Ana Corbacho, Jefa de Misión para Chile.
La Argentina logró que el FMI aprobara la segunda revisión de su programa firmado en marzo pasado con algunas dispensas y el equipo económico confía en que pasará el último examen del año en diciembre para que llegue un nuevo giro del organismo que fortalezca las reservas del Banco Central.
Junto con ese aval, Georgieva advirtió: “Se necesitarán políticas macroeconómicas prudentes y una implementación firme del programa para abordar una situación que aún es frágil, fortalecer la estabilidad y lograr los objetivos” del programa de facilidades extendidas que el país mantiene con el FMI.
“Es fundamental lograr los objetivos de déficit fiscal primario del 2,5 % del PIB en 2022 y del 1,9 % del PIB en 2023 para moderar el crecimiento de las importaciones, acumular reservas, fortalecer la sostenibilidad de la deuda y reducir aún más la dependencia del financiamiento del déficit por parte del Banco Central. Esto requerirá fortalecer el control del gasto y una mayor eficiencia de los subsidios y el gasto social”, aclaró.
Tras ese respaldo financiero, el ministro Sergio Massalogró culminar con éxito la renegociación del oneroso acuerdo con el Club de París que se había firmado bajo la gestión de Axel Kicillof en el mandato de Cristina Kirchner.
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