Artículo publicado por Martín Kanenguiser para InfobaeInfobae (21 de mayo)
Mala noticia para los bebedores de alcohol: por la incertidumbre macroeconómica y la mala cosecha, el precio del vino superó por lejos al promedio de la inflación, más allá de la caída del consumo.
Un estudio de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA detectó que, en promedio, en abril el vino subió el 21%, frente al 8,4% registrado en el índice de precios al consumidor (IPC) del Indec.
“La variación mensual del Índice de Precio del Vino (IPV) en abril de 2023 alcanzó al 21,3% en la comparación con marzo”, precisó el estudio.
Daniel Rada, directora del Observatorio Vitivinícola Argentino (OVA), aportó en diálogo con Infobae una visión similar, con matices: “los precios de los vinos subieron por encima de la inflación, pese a la caída en el consumo”.
Los precios de los vinos subieron por encima de la inflación, pese a la caída en el consumo (Rada)
En marzo el IPV registró un aumento del 1,7%, muy por debajo de 7,7% del IPC, al igual que en febrero. “Esto sugiere un posible patrón estacional en las estrategias de remarcación de precios en el sector (o bien una aceleración en el ritmo y/o magnitud de las remarcaciones)”, explicaron los autores del informe del IIEP, Andrés López y Nicolás Grosman.
En este sentido, los analistas aclararon que en abril “más del 80% de las botellas relevadas para calcular el IPV registró aumentos, en comparación con 51% en febrero y 28% en marzo”. Desde octubre pasado, “las variaciones acumuladas del IPV y del IPC no habían diferido mucho”.
En particular, resaltaron que “en el período octubre 2022-abril 2023 se observa una cierta heterogeneidad en la evolución del IPV según la gama de precios: las botellas de menos de $700 (precios a abril) registraron un aumento del 53%, mientras que en todos los restantes rangos los aumentos fueron mayores al 60% (el aumento del IPV general llegó al 59,2% en aquel período)”.
“Este patrón sufrió una reversión parcial en abril. En dicho mes todas las gamas de precios de vinos de menos de $3.500 mostraron aumentos superiores a 20%, mientras que las etiquetas de más de $5.000 tuvieron incrementos promedio del 13 por ciento”.
Los mayores incrementos de precios se dieron en los vinos naranjos (77%) y rosados (64 por ciento)
En relación con los tipos de uva, “los mayores incrementos de precios se dieron en los vinos naranjos (77%) y rosados (64%), mientras que los vinos dulces fueron los que menos aumentaron (44 por ciento)”.
En cuanto a la variación por provincia de origen “los mayores aumentos se observaron en los vinos de Neuquén 68%, Río Negro 63% y San Juan 62%. Los vinos de Salta registraron las menores subas (55%), siempre en el período octubre 2022-abril 2023″, destaca el informe de marras.
En abril, “el precio de una botella representativa de vino argentino en el mercado local fue de $1.222. El precio promedio simple de las etiquetas relevadas durante dicho mes superó $6.500″, detallaron los autores del estudio.
“Por tipo de uva, los vinos más caros durante el mes de abril fueron los naranjos (la botella típica de esa variedad se ubicó en $7.140). En el otro extremo, el precio de una botella típica de vino dulce fue de 1.263 pesos.
“El ranking de precios por provincia de origen lo encabezan el grupo de “emergentes” (la mediana de precios se ubica en $5400), seguidas de Río Negro (casi $4500). Los vinos de San Juan ($1450) y La Rioja ($1964) son los de menor precio relativo”.
La muestra de vinos utilizada para la estimación del Índice de Precios del Vino (IPV) incluye 4.912 etiquetas que cubren todas las gamas de precios del mercado.
Esta muestra se extrae de una base más amplia, que contiene alrededor de 6.000 botellas, considerando solo aquellas que cumplen con ciertos criterios mínimos de continuidad en la publicación de precios mes a mes, y descartando las observaciones extremas.
En tanto, Rada detalló que, pese a la caída del consumo en el primer trimestre frente a igual tramo de 2022, los precios aumentaron, por varios motivos: la inestabilidad de valores a raíz de la incertidumbre macroeconómica que lleva a que se remarquen precios ante la imposibilidad de saber los costos de reposición y una cosecha pobre, como esperaban los productores.
“Hay remarcaciones precautorias”, contó Rada, que dirige este instituto dependiente de Coviar.
Los datos de Scentia muestran que el vino en cartón subió 125% en el primer trimestre y que su consumo cayó 28,7%, mientras que la botella promedio de vino fino aumentó 111% y el consumo cayó 10,6%. Ambos incrementos se ubicaron por encima del aumento interanual del 104% del IPC de marzo.
Hay gente que, ante la imposibilidad de ahorrar y de comprar bienes durables, gasta en consumo (Rada)
“Hay gente que, ante la imposibilidad de ahorrar y de comprar bienes durables, gasta en consumo. Y parece ser que se llegó a un piso en términos de consumo: bajó pero se mantiene estable”, dijo Rada.
Más allá del vino, la suba del último año en las bebidas alchólicas fue liderada por los aperitivos con 128%, vodka 116%, bebidas blancas 113% y, por debajo del IPC, se ubicaron el gin y el ron con el 101% cada uno, mientras que la cerveza subió 90% y los frizantes el 82%, según los datos de Scentia del primer trimestre.
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