En un contexto de alta inflación, los alimentos mostraron un incremento interanual del 94,7% durante 2024, una cifra que, aunque elevada, se ubicó 23 puntos porcentuales por debajo del índice general, que alcanzó el 117,8%. Según un informe de Coninagro, basado en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), este comportamiento refleja un abaratamiento relativo de los alimentos frente a otros bienes y servicios, lo que podría estar vinculado a una mejora en los salarios reales y un impulso en la demanda de productos alimenticios, especialmente aquellos relacionados con las economías regionales.
El análisis también destacó que, en diciembre de 2024, los alimentos subieron un 2,2%, por debajo de la inflación mensual general, que fue del 2,7%. Este comportamiento se alinea con una tendencia de desaceleración en los precios de ciertos productos básicos, aunque algunos alimentos específicos registraron incrementos significativos en el último mes del año.
De acuerdo con el informe de Coninagro, los productos que más aumentaron sus precios a lo largo de 2024 fueron el limón, la leche y el queso. En contraste, los alimentos que registraron las menores subas fueron el azúcar, la naranja y el arroz. Este comportamiento se mantuvo en diciembre, cuando los mayores incrementos se observaron en el limón, el aceite y el asado, mientras que los menores aumentos correspondieron a la cebolla, el tomate y la papa.
Un análisis más detallado, realizado por la consultora Data Miazzo, reveló que el azúcar experimentó una variación anual de -60,6%, la más baja entre los alimentos, seguida por la naranja (-39,9%) y el arroz blanco simple (-35,4%). Otros productos como el tomate redondo (-35,4%), la papa (-32,8%) y la yerba mate (-26,4%) también mostraron incrementos significativamente menores en comparación con la inflación general. Por otro lado, alimentos como la cebolla (+3,4%), la leche fresca entera en sachet (+8,7%) y el queso cremoso (+11,3%) superaron el promedio de inflación de los alimentos.
El informe de Coninagro también abordó el impacto de la inflación en los salarios. Desde diciembre de 2017 hasta octubre de 2024, los salarios han perdido un 29,9% de su poder adquisitivo, con un deterioro más pronunciado a partir de octubre de 2023. El punto más bajo se registró en enero de 2024, cuando la caída alcanzó el 38,9%. Sin embargo, desde ese momento, los salarios comenzaron a crecer a un ritmo superior al de la inflación, lo que permitió moderar parcialmente la pérdida acumulada.
Este repunte en los salarios reales ha tenido un efecto positivo en la demanda de alimentos, especialmente en productos vinculados a las economías regionales, que han experimentado un aumento en su consumo. Según Coninagro, este fenómeno podría ser clave para sostener la actividad económica en sectores productivos locales.
En las primeras semanas de enero de 2025, los precios de los alimentos continuaron mostrando incrementos moderados. Según la consultora EcoGo, los alimentos consumidos dentro del hogar registraron un aumento del 0,5% en cada una de las dos primeras semanas del mes, lo que proyecta una inflación mensual del 2% para este rubro. Al incluir los alimentos consumidos fuera del hogar, el indicador general se ubicaría en torno al 1,9%.
Por su parte, la consultora Equilibra reportó un incremento del 0,2% en la segunda semana de enero, mientras que el promedio de cuatro semanas descendió al 2,1%, tras haber alcanzado el 2,3% en semanas anteriores. En tanto, Analytica registró una variación semanal del 0,7% en la tercera semana del mes, con un promedio mensual acumulado del 2,6%. Las categorías con mayores aumentos fueron otros alimentos (+4,7%), aceites, grasas y mantecas (+2,9%) y pescados y mariscos (+2,5%), mientras que los menores incrementos se observaron en lácteos (+1,2%) y frutas (+1,1%).
El relevamiento de la consultora LCG también reflejó un aumento del 0,9% en la tercera semana de enero, con las principales subas concentradas en bebidas, carnes y panificados. En particular, las carnes explicaron casi el 50% de la inflación mensual promedio, aunque este impacto fue parcialmente compensado por la caída en los precios de frutas y verduras estacionales.
Las expectativas de inflación para enero de 2025 se sitúan en torno al 2,5%, según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central. Este informe también proyecta una inflación acumulada del 25,9% para los próximos 12 meses. Sin embargo, Coninagro se mostró más optimista, estimando una inflación anual del 20%, lo que reflejaría una desaceleración significativa en comparación con los niveles de 2024.
A pesar de estas proyecciones, el panorama inflacionario sigue siendo incierto, especialmente en un contexto de alta volatilidad económica. Los datos recopilados por diversas consultoras y organismos como Coninagro subrayan la importancia de monitorear de cerca la evolución de los precios y su impacto en el poder adquisitivo de los consumidores, así como en la dinámica de los sectores productivos.
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