El oro alcanzó un máximo histórico ajustado por inflación, superando el récord establecido hace más de 45 años, en medio de una creciente preocupación por la economía de Estados Unidos y una racha alcista que lleva tres años. El precio spot del metal subió cerca de 5% en el mes, llegando a USD 3.674,27 la onza este martes, y marcó más de 30 récords nominales en 2025.
El valor del oro almacenado en las bóvedas de Londres superó USD 1 billón el mes pasado, situándose por encima del euro como el segundo mayor activo en las reservas de los bancos centrales globales. Analistas e inversionistas coinciden en que el oro ha consolidado su papel como cobertura frente a la inflación y la depreciación de las monedas, reforzando su atractivo en un contexto de incertidumbre económica.
En lo que va del año, el metal acumula un incremento cercano al 40%, impulsado por factores como la reducción de impuestos y la expansión de la guerra comercial global bajo la administración de Donald Trump, así como la búsqueda de mayor control sobre la Reserva Federal. La venta masiva de dólares y bonos del Tesoro a largo plazo refleja la pérdida de confianza en los activos estadounidenses y genera dudas sobre la solidez de la deuda del país como refugio.
A diferencia del ascenso abrupto y la posterior caída registrados en 1980, el actual rally del oro muestra menor volatilidad, favorecido por un mercado más líquido y accesible, y por una base de inversionistas más diversificada. Según Grant Sporre, jefe global de metales y minería en Bloomberg Intelligence, el oro está sobrevaluado respecto a estándares históricos, pero aún resulta barato en comparación con las acciones estadounidenses. Sporre advierte que los precios podrían subir aún más si los mercados bursátiles se debilitan y señala: “El oro es dolorosamente caro, pero el mercado está dispuesto a pagar el precio para asegurarse esa cobertura”.
Carmen Reinhart, ex economista jefe del Banco Mundial, subraya que el oro refleja tanto la persistencia de la inflación como la incertidumbre global: “El papel del oro como cobertura inflacionaria fue un sello de su popularidad en los 70 y 80, pero hay que mirar antes de los 80: el oro siempre ha jugado un rol importante en momentos de incertidumbre”.
En enero de 1980, cuando el oro alcanzó USD 850, Estados Unidos enfrentaba una crisis monetaria, alta inflación y recesión, agravadas por la congelación de activos iraníes durante la crisis de rehenes en Teherán. Actualmente, el precio ajustado por inflación ronda los USD 3.590, aunque las estimaciones varían según el método de cálculo.