Sylvia Syms, «la mejor cantante de clubes nocturnos del mundo»

Así la consideraba un tal Frank Sinatra. El homenaje de Jazz and Cash a esta legendaria artista y su exquisita voz.

El 2 de diciembre de 1917 nació en Brooklyn (New York) la cantante de jazz norteamericana Sylvia Syms, a menudo confundida con la actriz británica del mismo nombre. Fue una cantante muy versátil y se atrevía con todos los géneros, desde el cabaret hasta el jazz ligero, además de poseer la habilidad de convertir en original cualquier canción, gracias al personal estilo que infundía en ellas.

Nacida Sylvia Blagman, sufrió la polio de niña, y desarrolló pronto su amor por la música. De adolescente, era asidua a los clubs de jazz de la calle 52 y allí conoció a Billie Holiday, de la que aprendió lo suficiente para debutar profesionalmente en 1941 en el Billy's Stable. Siete años más tarde mientras actuaba en un club de Greenvich Village, fue vista por Mae West que le ofreció un papel en su show.

Otros grandes que iban a sus actuaciones eran Dean Martin y Frank Sinatra quien la consideraba la más grande 'cantante de night club' del mundo. Syms firmó un contrato con Decca Records y en 1955 se publicó 'Songs by Sylvia Syms',

En 1956 obtuvo el mayor éxito de su carrera discográfica con su versión de 'I could have danced all night', del musical 'My Fair Lady'. El tema vendió un millón de copias y recibió un disco de oro. Seguidamente se publicaron los álbumes 'Sylvia Syms Sings' y 'Songs of Love'. Syms no dejó de actuar y era una artista habitual del Carlyle en Manhattan. En los años sesenta también realizó versiones de temas pop y rock, como 'For once in my life', 'Yesterday' o 'Vaya con Dios' y en 1982, Frank Sinatra la dirigió en el álbum 'Syms by Sinatra'.

Con casi 65 años Sylvia graba en directo el concierto 'A Jazz Portrait of Johnny Mercer', el cual, a pesar de la avanzada edad de la cantante, supone uno de sus mejores trabajos, en el que interpretó temas con letra de Johnny Mercer. En 1991 aún seguía ofreciendo shows en pequeñas salas, con su habitual costumbre de introducir sus canciones con recuerdos, y anécdotas sobre cada una de ellas. Murió a los 74 años de un infarto en plena actuación en el Algonquin Hotel de Nueva York en mayo de 1992.

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