Artículo publicado por Martín Kanenguiser para Infobae (4 de noviembre).
El Banco Mundial afirmó que el conflicto generado por el ataque terrorista de Hamas a Israel a priori tendrá un efecto limitado sobre la economía global, pero puede impactar sobre el precio de los alimentos si se extiende en el tiempo y suma a nuevos actores.
La Argentina es uno de los países con mayor inflación en el valor de sus alimentos: este año se ubicó segunda detrás del Líbano y delante de Zimbabue. Según el Indec, los alimentos subieron 14% en septiembre de 2023 y 150% en un año.
Este pronóstico, incierto como toda estimación hecha apenas empieza un conflicto geopolítico, fue ratificado por expertos en economía internacional, que precisaron que, por ahora, no le sumará más problemas a la compleja situación de la Argentina.
Según la última edición del Panorama sobre los mercados de los productos básicos del Banco Mundial, “si bien la economía mundial está mucho mejor posicionada que en la década de 1970 para hacer frente a una gran crisis de los precios del petróleo, una escalada del conflicto en Oriente Medio -que se suma a las perturbaciones causadas por la invasión rusa de Ucrania- podría empujar a los mercados mundiales de productos básicos hacia terrenos desconocidos”.
“Los efectos serán limitados si el conflicto no se extiende. Según el pronóstico de referencia del Banco, los precios del petróleo alcanzarán un promedio de USD 90 el barril en el trimestre en curso, antes de descender a un promedio de USD 81 el próximo año a medida que se desacelere el crecimiento económico mundial”. El viernes el barril del WTI cotizaba a USD 80,2 (con una baja diaria de 2,7%) y el Brent a USD 84,68 (bajó 2,5 por ciento).
“Se prevé que en 2024 los precios generales de los productos básicos caerán un 4,1 % y los precios de los productos básicos agrícolas disminuirán a medida que aumenten los suministros. También se espera que los precios de los metales básicos caigan 5% en 2024 y que los precios de los productos básicos se estabilicen en 2025″, precisó el informe del BM.
“Hasta el momento, los efectos en los mercados mundiales de productos básicos han sido limitados. Desde que estalló el conflicto, los precios generales del petróleo han aumentado alrededor de un 6 %”, destacó el informe de marras.
“Los precios de los productos básicos agrícolas, la mayoría de los metales y otros productos básicos apenas se han movido”, observaron los analistas de la entidad de crédito multilateral. Y agregaron: “Las perspectivas para los precios de los productos básicos se ensombrecerían rápidamente si el conflicto se intensificara”.
“En caso de poca interrupción, el suministro mundial de petróleo se reduciría entre 500 000 y 2 millones de barriles por día, lo que equivale aproximadamente a la disminución observada durante la guerra civil de Libia en 2011″. En este escenario, “el precio del petróleo aumentaría inicialmente entre 3 % y 13 % con respecto al promedio del trimestre actual, y el barril pasaría a costar entre UDS 93 y USD 102″.
“En un escenario de interrupción media -equivalente en líneas generales a la guerra de Irak de 2003-, el suministro mundial de petróleo se reduciría entre 3 y 5 millones de barriles por día; y los precios del crudo subirían entre 21% y 35%, de modo que pasaría a costar entre USD 109 y USD 121 el barril″, estimaron los autores.
El nivel de interrupción de la producción petrolera generado por este nuevo conflicto incidirá sobre el aumento del crudo, que podría presionar al precio en la Argentina
En tanto, en el caso de “interrupción considerable -comparable al embargo árabe del petróleo de 1973-, el suministro mundial de petróleo se reduciría entre 6 y 8 millones de barriles diarios. Esto elevaría inicialmente los precios entre 56% y 75%, con lo que pasaría a costar entre USD 140 y USD 157 el barril″.
“El reciente conflicto en Oriente Medio se produce inmediatamente después de la mayor conmoción que han sufrido los mercados de productos básicos desde los años setenta: la guerra de Rusia con Ucrania”, señaló Indermit Gill, economista en jefe y vicepresidente senior de Economía del Desarrollo del Banco Mundial.
“Eso tuvo efectos disruptivos en la economía global que persisten hasta hoy. Los responsables de formular políticas deberán estar atentos. Si el conflicto se intensificara, la economía mundial enfrentaría una doble crisis
“El aumento sostenido de los precios del petróleo conlleva inevitablemente la suba de los precios de los alimentos”, advirtió Ayhan Kose, economista en jefe adjunto y director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial.
“Si se materializara una crisis grave de los precios del petróleo, aumentaría la inflación de los precios de los alimentos, que ya es bastante elevada en muchos países en desarrollo”, aclaró.
En este contexto, Luis Palma Cané dijo a Infobae que “la situación geopolítica ya se había deteriorado por la criminal invasión rusa y eso generó muchos problemas en la argentina y en el resto de los países emergentes. Y ahora está la salvajada de Hamas contra Israel”.
“Desde el punto de vista económico el impacto es mucho menor que lo de Ucrania, porque Gaza tiene un peso menor e Israel no interrumpió su flujo comercial ni productivo. Si se extendiera al Líbano o a Yemen, sumaría inestabilidad a la economía mundial”, afirmó el economista.
Por ahora “no hay nada puntual como la suba del precio del petróleo o las materias primas como Ucrania. Y se está bajando la tasa de interés de a poco”.
José Siaba Serrate opinó en igual sentido: “Hasta ahora no se ve un impacto. El mercado no le prestó importancia. A veces es más importante la vigilia de un evento que el evento en sí”.
“Medio oriente ya no es tan importante para la energía mundial con el shale oil y sobre todo para Estados Unidos y puede haber a mediano plazo producción de otras fuentes”, observó.
“La cotización del crudo había subido antes por el corte acordado entre la OPEP y Rusia por encima de 90, pero ahora volvió a caer. Siempre hay que estar atento pero por ahora no impactó sobre el resto de las materias primas”, expresó Siaba Serrate.
“Estamos en una etapa del año con una gran descompresión, la Reserva Federal que no volvió a subir la tasa de interés, moderación de la economía: están los planeas alineados”, explicó el economista.
En tanto, Marcelo Elizondo dijo a este medio que “todavía el petróleo no ha subido tanto como uno hubiera podido prever ante un conflicto de tamaña magnitud”.
“Si comparamos el precio del petróleo actual con el que había hace tres años, en plena pandemia, el nivel es altísimo. Por lo tanto, el recorrido de suba es más bajo porque el piso desde el cual puede subir ya era alto”, precisó Elizondo.
Por otro lado, aclaró el economista, este conflicto aumenta la fragmentación que se vio con la pandemia y con la invasión rusa. “Está Occidente por un lado y por el otro hay un acercamiento entre Rusia, China, e Irán, no solamente en términos de coincidencia geopolítica, sino en términos económicos”.
“Rusia ha pasado a ser un proveedor energético de China, el yuan empieza a ser una moneda más importante en otros países de la zona y eso va haciendo que los países empiecen a concentrar comercio entre sí si cuando son amigos y a debilitarlo cuando no son amigos”, agregó Elizondo.
En este contexto, aclaró el economista, “la Argentina tiene un serio problema porque no tiene una estrategia geopolítica ni alianzas”.
La Argentina tiene un serio problema porque no tiene una estrategia geopolítica ni alianzas (Elizondo)
“Cuando el país es tan errático en términos geopolíticos y tiene algunos movimientos espasmódicos hacia un lado o el otro, como lo prueba su postura frente a Israel, eso genera costos ocultos, o sea, sea cada vez más difícil generar negocios con algunos mercados porque no hay alianzas”, sentenció Marcelo Elizondo.
Además, “el país empieza a ser cada vez menos elegible en términos de proyectos de inversión”, advirtió.
Por otro lado, el economista consideró que “el conflicto puede generar alguna tensión mayor en la Argentina por el desacople entre el precio del barril criollo y el precio del petróleo internacional; si hay que importar va a salir más caro y si hay que generar más inversión puede haber presión de los inversores para que se convaliden precios internacionales más altos”.
La cuestión no es menor para un país que, como se observó el director de la Consultora DNI en las últimas semanas, todavía depende en forma clave de la importación de combustibles.
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