Artículo publicado por Martín Kanenguiser para Infobae (29 de marzo)
Poco después de las 10 hora de Washington DC comenzó el encuentro entre el ministro de Economía Sergio Massa y la número dos del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, para tratar de redefinir las metas del acuerdo que firmó la Argentina en 2022 dado el brutal impacto de la sequía sobre la economía.
Tras la reunión, desarrollada en el piso 12 del edificio del Fondo, el Ministerio de Economía dio a conocer los siguientes mensajes. “De cara a la reunión del directorio del FMI mantuvimos una buena reunión con la Subdirectora Gerente del organismo Gita Gopinath y su equipo, con quienes analizamos el impacto de la sequía en el país y se valoró el despeje de vencimientos de la curva en pesos”.
“Ambos compartimos la decisión del gobierno de continuar avanzando con medidas que fomenten el incremento de exportaciones con el objetivo de fortalecer las reservas”, explicó el ministro en un tweet.
En tanto, Gopinath indicó en un mensaje: “Buena reunión con el Ministro Sergio Massa. Se discutió la cuarta revisión del programa, el severo impacto de la sequía y la importancia de las acciones para aumentar las reservas y continuar movilizando financiamiento interno de manera sostenible”.
¿Las preocupaciones?. Además de la alta inflación, figuraron la baja de las reservas internacionales, la evolución del mercado cambiario -con los dólares paralelos cerca de $400- y las perspectivas de financiamiento para el Gobierno. El Fondo, pide más claridad sobre la cuestión cambiaria, sin llegar a exigir una devaluación lisa y llana con desdoblamiento, a la que Massa se opone.
El ministro estuvo acompañado por su jefe de asesores, Leonardo Madcur, el jefe de la Aduana, Guillermo Michel, y el responsable de Comunicación ministerial, Santiago García Vázquez.
En el salón principal del Fondo, durante casi 80 minutos, con agua y café, Gopinath recibió a la delegación argentina con el encargado del caso argentino, Luis Cubeddu, y otros miembros del staff del organismo multilateral.
Participantes del encuentro indicaron a Infobae que el clima fue “muy bueno”, que Gopinath está “muy comprometida” con el avance del programa firmado en 2022 y que se conversó sobre el impacto de la fuerte sequía sobre los dólares para el BCRA y los ingresos para el fisco.
En la reunión se ratificó que la meta de reservas se relajará (USD 3.000 millones menos en el primer trimestre y USD 2.000 millones en todo el año) y que la pauta de déficit fiscal no cambiará respecto del 1,9% del PBI planteado para todo el año. No se habló ni de dinero fresco ni de los sobrecargos, uno de los temas preferidos en la retórica del gobierno, pero que no figuran en las discusiones técnicas con el Fondo.
No hubo objeciones al anunciado canje de la deuda en dólares, que el staff está evaluando, porque previamente se conversó sobre esta alternativa entre ambas partes, afirmaron desde la delegación argentina.
En junio llegará el momento de ver, con la segunda revisión, si se cumplieron las pautas del primer trimestre, dado que en dos meses casi se completó el déficit acordado para el primer trimestre del año. La única de las 3 metas que hasta ahora no presenta problemas es la de la asistencia del BCRA al Tesoro Nacional.
Massa comenzó ayer su gira en la capital norteamericana para acompañar al presidente Alberto Fernández, quien esta tarde se reunirá con el jefe de Estado Joe Biden en la Casa Blanca. Además, el ministro ya se encontró ayer con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, para acelerar los desembolsos de esa entidad a la Argentina durante el primer semestre del año. De hecho, el banco aprobó hoy un nuevo crédito para el país por USD 150 millones para el “Programa de Integración Socio Urbana y Mejoramiento de Vivienda”.
“Los beneficiarios serán 8350 Hogares Vulnerables registrados en el RENABAP residentes en Barrios Poulares y en sus Areas degradas Aledañas con déficit habitacional. A su vez, se priorizarán los hogares localizados en zonas con vulnerabilidad climática mitigable y liderados por mujeres, personas LGBTQ+, adultos mayores, migrantes y/o a cargo de personas con diversidad funcional”, se precisó.
Para este año, el BID tiene previstas operaciones por US$1.850 millones, focalizadas en programas de discapacidad e inclusión, sistemas de cuidados de salud, ciberseguridad, corredores viales para conectividad, líneas de transmisión eléctrica, servicios agrícolas provinciales, e integración socio urbana, entre otras.
El Gobierno espera que este viernes el Fondo Monetario Internacional otorgue su visto bueno a la cuarta revisión trimestral del programa, que incluye un cambio en las metas de acumulación de reservas y un diagnóstico con alertas por parte del staff del organismo sobre los próximos meses de la economía.
Esto se da porque los exámenes trimestrales que realiza el FMI no solo se enfocan sobre los objetivos mensurables en discusión -en este caso, los últimos números de 2022- sino también sobre la marcha actual del programa. Y los últimos meses tuvieron distintos hecho macroeconómicos y medidas que el Ministerio de Economía y el Fondo Monetario debatieron durante dos meses antes del acuerdo preliminar anunciado hace quince días.
Por una parte, la sequía generó ya un fuerte impacto en el horizonte de acopio de divisas en el Banco Central por una menor producción agropecuaria y un menor nivel de exportaciones. Junto con eso, una recaudación tributaria recortada por ingresos más bajos de retenciones a las exportaciones. En el medio, una aceleración de la inflación que llevó al IPC de los dos primeros meses del año por encima del 6 por ciento; los expertos privados prevén que la suba de precios supere el 100%, frente al 60% estimado por el Gobierno.
Mientras tanto, el Palacio de Hacienda desarrolló una serie de medidas para buscar estabilidad en el frente financiero y que la sangría de reservas no derive en volatilidad en los precios de los dólares financieros, que se acercan a los $400, aunque subieron menos que la inflación.
En ese contexto, se encuentran el anuncio de recompra de bonos globales que hizo el Ministerio de Economía en las primeras semanas del año, un canje de bonos en pesos para despejar 4,34 billones de pesos de vencimientos hasta fines de junio y, la más reciente, una conversión compulsiva de títulos en dólares bajo ley extranjera (Globales) para los tenedores intra sector público, a cambio de bonos duales con vencimiento en 2036. Esta última decisión incluye subastas de bonos en dólares ley local (Bonares) para darle mayor volumen a la plaza de negociación del “contado con liqui”; la calificadora de riesgo Fitch le bajó la nota a la deuda soberana por este canje.
Si el board del FMI da su visto bueno -se prevé que la sesión tenga lugar este viernes- generará un desembolso, el primero de 2023, por USD 5.300 millones. De ese total, una buena parte quedará en el organismo, ya que el Gobierno acordó con Washington postergar hasta ese día el pago de USD 2.700 millones de vencimientos a la propia entidad.
En una entrevista este fin de semana Sergio Massa señaló que el FMI está “en un período de secreto, porque cada director se está informando previo al voto de aprobación. Pero puedo anticipar que se modifican las metas de reservas para todo el año y se establece algunas nuevas pautas que el comunicado de prensa del Fondo deja entrever”. Los más reticentes en el board son los representantes de Japón y Brasil. “Hay visiones diferentes sobre el programa”, admitieron a Infobae las fuentes oficiales, que confían en la aprobación del board.
El cambio de metas no implicaría, por el momento, una reducción del objetivo de déficit. La política fiscal inició el año con complicaciones por una reducción de los ingresos y un gasto que no se detiene. En particular, la sequía redujo la recaudación de derechos de exportación por la sequía y tuvo un impacto en los números de déficit de los dos primeros meses del año. Con una vía de ingresos relevante como son las retenciones recortada, el rojo primario del primer bimestre finalizó en los $432.000 millones.
El margen para cumplir la meta trimestral pactada con el Fondo es muy bajo. El acuerdo prevé un tope de $441.000 millones a fines de este mes, es decir que el déficit primario solo podría incrementarse en cerca de $9.000 millones para no salirse de ese parámetro. Esta cifra, de todas formas, será analizada en detalle durante la quinta revisión, que tendrá lugar entre mayo y junio. Aunque hay un antecedente que podría mejorar, al menos un poco, las chances de cumplir.
En la primera revisión, en junio del año pasado, el FMI reajustó en términos nominales las metas del programa expresadas en pesos por haberse registrado una inflación más alta de lo esperada en el escenario base con el que se trazan los objetivos condicionales.
Por otra parte, el Banco Central giró adelantos transitorios por primera vez en el año para financiar al Tesoro y quedó al borde del tope que impone el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. En un trimestre con fuertes presiones en el frente fiscal por la caída de la recaudación, el Ministerio de Economía compensó pagos atrasados del 2022 pero aumentó la deuda flotante de este año.
Según información de la autoridad monetaria, se trató de un único envío al Tesoro por $130.000 millones, una herramienta de financiamiento a la que el Palacio de Hacienda no había acudido en lo que va del 2023 para cubrir el déficit. Para los primeros tres meses del año, el programa financiero incluye un tope de $139.300 millones, por lo que el primer giro que hizo el Banco Central al Tesoro consumió prácticamente la totalidad del cupo para el primer trimestre. Para todo 2023 el techo autorizado es de 0,6% del PBI, que equivalen a $883.000 millones. En un año electoral, las presiones del gasto siempre aumentan.
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